Según el Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI*), en general, los lavadores de dinero tienden a buscar países o sectores en los que existe un bajo riesgo de detección, debido a programas débiles o ineficaces contra el lavado de dinero.
Debido a que el objetivo del lavado de dinero es devolver los fondos ilegales a la persona que los generó, los lavadores generalmente prefieren transferir fondos a través de sistemas financieros estables.
La actividad de lavado de dinero también se puede concentrar geográficamente, de acuerdo con la etapa a la que han llegado los fondos lavados.
En la etapa de colocación, por ejemplo, los fondos generalmente se procesan relativamente cerca de la actividad subyacente. A menudo, pero no en todos los casos, en el país donde se originan los fondos.
Con la fase de creación de capas, el lavador puede elegir un centro financiero extraterritorial, un gran centro de negocios regional o un centro bancario mundial, cualquier ubicación que proporcione una infraestructura financiera o comercial adecuada. En esta etapa, los fondos lavados también pueden transitar las cuentas bancarias en varios lugares donde se puede hacer esto sin dejar rastros de su origen o destino final.
Finalmente, en la fase de integración, los lavadores pueden optar por invertir los fondos lavados en otros lugares si se generan en economías inestables, o lugares que ofrecen oportunidades de inversión limitadas.